Si tienes curiosidad o directamente quieres saber más sobre el masaje tántrico prostático, te recomiendo seguir leyendo. En este artículo te voy a mostrar todo lo que debes saber sobre este tipo de masaje para que lo puedas realizar al hombre que más quieras.
Técnicas de masaje tántrico prostático
Este tipo de masaje no es complicado, aunque para poder llegar a disfrutar del máximo placer se recomienda realizar a una persona a la cual quieras. De nada servirá realizar el masaje a un hombre que acabas de conocer porque los resultados no serán los esperados.
Para conseguir que el hombre pueda disfrutar de todos los beneficios y del máximo placer, es importante que el placer incluyan las siguientes técnicas.
Para comenzar, el hombre se tendrá que tumbar y deberás poner su cabeza ligeramente elevada con almohadas para que pueda ver todo lo que haces y mirarte a los ojos. Una vez que esté tumbado, tendrá que abrir las piernas y poner las rodillas un poco flexionadas. Lo importante es que se sienta cómodo y tengas sus genitales libres para poderlos trabajar fácilmente.
Para comenzar, tendrás que realizar un masaje general, dejando para lo último los genitales. Cuando hayas realizado el masaje, es importante que antes de comenzar a masajear los genitales, apliques lubricante en la zona. Así podrás trabajar mejor. Ahora será el momento de comenzar el masaje. Este debe ser suave y lento. Así transmitirás a tu pareja el máximo placer.
Ahora será el momento de acariciar el perineo y el hueso púbico. Haz estos movimientos con sumo cuidado para evitar que no se pierda la esencia del momento y el hombre se pueda relajar todavía más. Tras estas caricias, será el momento de comenzar a acariciar los testículos y el cuerpo del lingam. Para hacer un buen masaje del lingam, es importante que hagas el masaje con ambas manos y cambies la intensidad como la presión. Así conseguirás que el placer del hombre sea máximo. Y para conseguir que el placer sea máximo, es muy importante que os miréis fijamente y sobre todo tenga una respiración adecuada. Si notas que la respiración se acelera por cualquier motivo, baja el ritmo hasta conseguir que la respiración vuelva a ser la adecuada y sea profunda. Esto te indicará que está disfrutando y no está para nada nervioso o en tensión.
Tras haber masajeado bien el tronco del lingam, será el momento de masajear la cabeza. Esta es una de las partes más delicadas, por lo que tendrás que hacerlo bien para que el placer siga siendo máximo. Para ello, te recomiendo realizar movimientos circulares sin realizar demasiada presión. Y como he comentado, es una zona muy delicada, por lo que debes tener mucho cuidado con el ritmo que pones. Un ritmo demasiado elevado puede provocar que la excitación aumente en exceso y por ello el hombre se prepare para eyacular. Si notas que tu pareja está a punto de eyacular, toma medidas para evitarlo. Así podrás seguir dándole más placer y la experiencia durará mucho más tiempo. Si notas que no hay coordinación y no sabes cuando ese momento se va a producir, puedes pedir a tu pareja que te lo indique.
Tras esto, deberás volver a masajear el perineo, para relajar la zona del ano. Eso sí, siempre debes pedir permiso. Gracias a esto podrás comenzar a estimular la próstata y preparar al hombre para una penetración anal. Eso sí, debes seguir estimulando el lingam. Lo importante es que mientras estimulas la próstata sigas mirando a tu pareja para que te pueda sentir lo más cerca posible.
Y recuerda, este tipo de masaje no busca la eyaculación, sino que busca el placer máximo alargado en el tiempo, de aquí que sea importante evitar la eyaculación para conseguir que el hombre pueda disfrutar de más de un orgasmo. Eso sí, puede que este tipo de masaje no funcione a la primera, pero si insistes, seguro que conseguirás que tu pareja pueda llegar a disfrutar de un placer inmenso.